Nunca imaginé que vivir una experiencia Erasmus+ como esta significaría un antes y un después en casi todos los aspectos de mi vida. Desde entablar amistad con decenas de estudiantes holandeses hasta enriquecer mi cultura con numerosas visitas a museos y zonas importantes de la ciudad, mi estancia en Amstelveen ha estado repleta de aprendizaje y diversión, como la casa de Ana Frank o el patinaje sobre hielo, además de disfrutar de momentos junto a la encantadora familia que me acogió durante la semana.

Otro punto a resaltar fue la independencia que tuvimos para realizar ciertas actividades por nuestra cuenta durante las tardes libres que nos proporcionaba el programa. Estas nos permitían descubrir, según nuestros propios intereses, lo que quisiéramos sobre la zona.

Definitivamente, un intercambio que nadie debería perderse, ya que no solo incrementa el número de amistades y el conocimiento sobre las costumbres neerlandesas, sino que también supone una mejora sustancial en la soltura con el inglés y es una de las mejores oportunidades para salir de la zona de confort.

Iván Márquez Cebreros 1ºC de BAC